sábado, 11 de enero de 2014

Comunicado del PCE Burgos en relación al bulevar de la calle Vitoria



Tras largo tiempo de movilizaciones desatendidas frente al modelo de bulevar que privatiza servicios municipales, que endeuda las arcas de la ciudad, que deja sin aparcamientos públicos a los burgaleses, que embotellará la circulación debido a sus sólo 2 carriles, etc. han aparecido altercados que incluyen bloqueos de calles, fogatas, actuaciones policiales desmedidas y  detenidos.


Tachar de autoritarios, por los altercados de algunos, a los que se oponen al bulevar cuando  el equipo de gobierno no ha hecho ningún esfuerzo por consensuar con la población burgalesa si el bulevar, tal y como está diseñado responde a las necesidades de los burgaleses, si se quiere o no, es jugar con el lenguaje.

 
¿Ha consultado el equipo de gobierno a los burgaleses? No.


¿Ha buscado el equipo de gobierno un diálogo? No.


¿Ha tenido en cuenta los errores técnicos de cálculo en cuanto a atascos, falta de parkings, endeudamiento municipal, etc. que han ido transmitiendo muchas organizaciones y plataformas?   No.


A eso sí se le llama ser autoritario y gobernar de modo autoritario. Como en los tiempos de las monarquías absolutistas: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.


A alguno se le hinchará después la boca hablando de ciudadanía cuando lo que realmente buscan son súbditos. Es este oxímoron de democracia autoritaria el que nos aleja de formas democráticas superiores y es éste también el que provoca frustraciones y disturbios como los vividos en la calle Vitoria donde cada uno, libremente, se ha manifestado de un modo distinto en las protestas contra el bulevar. El nexo aglutinador obvio es: No queremos este bulevar que nos estás decretando.  Por ello, a la vista de los hechos, consideramos que el alcalde D. Francisco Javier Lacalle Lacalle debe reunirse de urgencia con los agentes sociales para tratar el tema. No hacerlo es además de prepotente, irresponsable.


Un ciudadano común que observe la falta de escucha del ayuntamiento ante las manifestaciones pacíficas, las reivindicaciones, las reuniones de vecinos y las quejas de las plataformas, se cuestiona.


Un ciudadano común que ve la imposibilidad de acuerdos y que además presagie la posibilidad de que estas obras estén asociadas a algún lucro personal; no porque éstas lo estén, que ya se verá, sino porque no sería la primera vez ni la cuarta, se cuestiona.


Un ciudadano común, que se cuestiona y que se observa ninguneado democráticamente, arde en cólera y frustración, y pese a todo, es a él y no al equipo de gobierno a quien se achacan los disturbios.  


Contextualizando: lógicamente un pueblo de ovejas no crea disturbios y es sano por eso, para la salud del régimen que nos gobierna, retrotraernos a leyes educativas que acaban con la filosofía, a leyes de seguridad ciudadana que restringen el derecho de expresión y a leyes de trabajo que obligan a ser sumisos por miedo a perder lo poco que aún se tiene.  


El bulevar de la calle Vitoria es el bulevar  pero es más que eso. Es otro ejemplo de la política impositiva frente a la política participativa y es necesario no aislar las luchas cuando éstas tienen una repercusión global


Y en clave de globalidad: con 18.000 desempleados en nuestra ciudad, ¿es lógico que el dinero de nuestros nietos, el endeudamiento es gordo, no se destine a más protección social? ¿Acaso logrará este bulevar arreglar, y no digo parchear, la situación? 


El bulevar dará de bien comer a los orondos y las migajas a los obreros, pero resulta que las migajas y el gran plato vienen de las arcas municipales; de nuestras arcas municipales. 

¿Puede moralmente un ayuntamiento “de todos” emprender acciones legales contra los detenidos en este contexto? Exigimos que el ayuntamiento no emprenda acciones legales contra los detenidos y exigimos, aprovechando nuestra capacidad como grupo municipal, que para decisiones de calado se consulte a la ciudadanía. 

EL PUEBLO GRITA: ¡¡¡¡NO AL BULEVAR!!!!!! 
¡¡¡¡TENEMOS QUE PARARLO!!!!

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